El costo humano de la institucionalización: 80% de los internamientos terminan en abandono

La institucionalización ha sido durante mucho tiempo una solución aceptada para el cuidado de personas con discapacidad psicosocial, como aquellos que viven con esquizofrenia, trastornos bipolares o graves problemas de salud mental.

La institucionalización ha sido durante mucho tiempo una solución aceptada para el cuidado de personas con discapacidad psicosocial, como aquellos que viven con esquizofrenia, trastornos bipolares o graves problemas de salud mental. Sin embargo, esta estrategia a menudo conlleva serias consecuencias a largo plazo. Estudios recientes han revelado que aproximadamente el 80% de los internamientos en instituciones psiquiátricas terminan en abandono por parte de las familias y las redes de apoyo. Esta cifra alarmante nos obliga a reflexionar sobre la manera en que manejamos el cuidado de las personas con estas condiciones y sobre el impacto devastador que puede tener la institucionalización prolongada.

El abandono en instituciones no es simplemente una cuestión de recursos. Las familias, a menudo agotadas emocional y económicamente, se ven en la difícil situación de no poder ofrecer el apoyo que sus seres queridos necesitan. En otros casos, el estigma asociado con la discapacidad psicosocial actúa como una barrera para la reintegración social. Al institucionalizar a una persona, muchas familias se distancian, y con el tiempo, la desconexión se convierte en permanente. El resultado es que miles de personas quedan atrapadas en un sistema que no fomenta su desarrollo personal ni su reintegración social, condenándolas a una vida de aislamiento y olvido.

Además de las repercusiones emocionales, la institucionalización prolongada también tiene un efecto directo en las habilidades y la independencia de las personas. La falta de estímulos y de interacción significativa dentro de estas instituciones puede llevar a la pérdida de habilidades cognitivas y sociales, lo que refuerza aún más la idea de que estas personas no son capaces de vivir de manera independiente. Este ciclo perpetuo de dependencia y abandono refleja una falla estructural en la forma en que entendemos y tratamos la salud mental.

En Proyecto IDEA, estamos comprometidos a ofrecer una alternativa. Creemos que la inclusión social, el desarrollo personal y la creatividad pueden ser caminos hacia una vida plena y digna para las personas con discapacidad psicosocial. Nuestro enfoque se basa en crear oportunidades reales para que estas personas participen activamente en la sociedad, a través de talleres de arte, exposiciones y colaboraciones con marcas que promuevan su trabajo. El arte se convierte en una herramienta para reconstruir su autoestima y generar vínculos con la comunidad, rompiendo el ciclo de abandono.

Es necesario replantear nuestro enfoque hacia la discapacidad psicosocial. La solución no es el encierro, sino la creación de espacios donde estas personas puedan desarrollar sus habilidades, expresar sus emociones y contribuir a la sociedad. Para lograr este cambio, necesitamos el apoyo de la comunidad. Dona hoy y sé parte de este movimiento que busca ofrecer una vida más digna y plena a quienes han sido olvidados.